¿Por qué el BCV suspendió permisos a proveedores no bancarios de medios de pago?
El Banco Central de Venezuela (BCV) emitió una resolución en la cual suspende de manera indefinida el otorgamiento de permisos de funcionamiento a operadores no bancarios de medios de pago, una medida sorprendente cuando, precisamente, se anuncia como premisa la masificación de los medios digitales para la realización de transacciones y al bolívar reexpresado se le apellida «digital».
Para la consultora Síntesis Financiera, esta decisión «ratifica la intención del BCV de limitar el desarrollo de medios de pago en moneda extranjera en el territorio nacional que se realicen fuera del ámbito de su seguimiento».
Efectivamente, la autoridad monetaria ha hecho reiteradas advertencias a la banca sobre la obligatoriedad de gestionar transacciones con operadores autorizados y a amenazado con sanciones si se materializan pagos a través de billeteras digitales no autorizadas.
Además, ha mantenido una vigilancia estrecha sobre este tipo de aplicaciones y como ejemplo vale la suspensión de Shasta App, que incluso derivó en acusaciones de carácter judicial.
«Esta política seguirá vigente hasta que el BCV pueda operar una cámara de compensación en divisas, lo cual no le es posible ahora porque carece de corresponsales bancarios en moneda extranjera», indica Síntesis Financiera.
Sin embargo, el ente emisor ha aplicado una política restrictiva previa a las sanciones específicas en su contra por parte de Estados Unidos, porque la progresiva dolarización de la economía venezolana comenzó en 2019 y ahora la divisa estadounidense supera ampliamente al monto del circulante en bolívares.
En la página web del Banco Central de Venezuela aparecen solo cinco empresas autorizadas como proveedores no bancarios de servicios de pago: Mueve Soluciones, Vippo, Digo Pagos, Lanzapagos y Pagonet.
La decisión del BCV tiene como trasfondo un debate que existe en el seno del oficialismo sobre cómo manejar la dolarización de la economía. Mientras un grupo de «pragmáticos» persiste en mantener una política relativamente amplia con el fenómeno, que incluso puede favorecer la intermediación financiera en moneda extranjera; otro sector más «ortodoxo» presiona por medidas concretas que hagan retroceder la circulación de divisas foráneas y reimpongan la primacía del bolívar.
El dólar se ha impuesto como moneda funcional en la economía y como parámetro para la determinación de precios, y los datos sobre la circulación del bolívar reflejan que parece muy difícil revertir la dolarización en la práctica. La liquidez monetaria en bolívares equivale a 697 millones de dólares, alrededor de 16 % del circulante en divisas dentro de la economía.
El volumen de efectivo en poder del público, luego de un mes de entrada en vigencia de la expresión monetaria, se ubica en solo 5,29 %, lo que se explica porque la circulación de las nuevas piezas monetarias ha sido restringida.