La Cota 905 era un fuerte romano dentro de la capital
Los misterios de La Cota 905 salen poco a poco a la luz luego de la salida del Koki; la misma funcionaba como un fuerte romano. Vigilancia interna, control de la zona, gariteros y cuidadores habían en el lugar.
En una especie de cuadro podían controlar el acceso, salida y hasta puntos de control en el lugar. Cabe destacar que esta montaña se viene poblando poco a poco desde finales de los setenta; pero luego pasó a ser una especie de reino.
Todo el lugar se fue poblando y luego se hizo impenetrable para las autoridades; de hecho las bandas delictivas tenían el poder y control de la zona. La misma se maneja por sectores y luego ya que tenían el control de La Cota buscaron extenderse.
El Cementerio como La Vega y otras grandes barriadas comenzaron a caer en el control de las bandas. De hecho los gariteros estaban en las entradas del lugar, y veían quienes entraban y salían; de allí a que evitaban que las patrullas llegaran.
Al igual que vieron que era un blanco fácil llegar a las otras barriadas por las vías internas; de allí a que se ve como llegaban rápidamente al túnel de El Paraíso. El control de la zona era diario y constante.
La Cota 905, un fuerte romano en la capital
Luego de que vieron que podían extenderse comenzaron la construcción de garitas en las montañas. Esto le daba una vista de toda la zona metropolitana; donde querían imponer el control.
El fuerte romano busca tener el control de las fronteras y eso lo hacen con vigilantes; luego viene el papel de los cuidadores que están en círculo donde viven los líderes; de esa manera era imposible llegar a estos.
Por primera vez en Venezuela una banda se iba apoderando del lugar gracias al control de las armas; el componente de edad de los integrantes de la banda al parecer iba de los 18 a los 35 años. La agilidad, manejo de armas y de motos era vital para ser integrante de la misma.
De hecho en caso de una fuga podían hacerlo en las veredas del Cementerio General del Sur; donde también imponían el control y desde donde tenían acceso. De hecho en el camposanto también tenían garitas.